No se trata de mí / It’s not about me

La primera enseñanza que me dejó este tiempo de cuarentena es que la vida no se trata de mí. Ni siquiera la mía.

En medio de este encierro, con tanta vida moviéndose afuera; con tantos milagros ocurriendo sin mi participación; con la iglesia siempre siendo iglesia aunque yo no esté (físicamente)… Todo se volvió un poco abrumador. Y justo ahí, una verdad oída ahora es una verdad internalizada.

No se trata de mí, se trata de Jesús.

No se trata de mí, se trata de Jesús.

No se trata de mí, se trata de Jesús. (Y no hay veces suficientes en que pueda escribir esto)

Él me permite ser co-autora de una historia que le pertenece, con la condición de que entienda su corazón y, por consecuencia, que cada capítulo que me deje escribir se parezca a él y no a mí, que él pueda verse reflejado y agradado, y que otros puedan ver lo que yo he visto.

No se trata de alcanzar mi propia felicidad, se trata de alcanzar el propósito para el cual fui creada. No se trata de sentirme yo satisfecha, se trata todo de amar a otros; se trata de vivir para Jesús, de morir a mis propios deseos, hasta que todo lo que haya sea vida eterna. Se trata de quitarle espacio a mis pensamientos, para que los suyos, siempre mejores, inunden toda mi mente.

Mi vida ya no es mía, y ahora ya no quiero que lo sea. No encuentro otro modo mejor para vivir.

-Alexmar Uzcátegui

Deja un comentario