Me retiro de la competencia

Me rindo.

Me doy por vencida.

Me retiro de la competencia.

Creo que, definitivamente, nunca seré suficiente. Por más que me esfuerce y de todo de mí, siempre habrá alguien que sea más inteligente o creativa, que sonría más lindo y que tenga mejores ideas. Aun cuando gaste todas mis energías, creo que no puedo ser lo suficientemente dulce o “espiritual”. Ya es hora de aceptarlo: todo el esfuerzo es en vano y no ha valido, ni valdrá, la pena.

Pero escucho Su voz y todo lo que trataba de aparentar y ser deja de tener sentido.

No tienen importancia mis errores porque su amor es mayor. Me susurra que no soy lo que hago, las ideas que produzco, el carácter que tengo o las palabras que digo. Alguien se ha tomado el tiempo de diseñarme, formar cada detalle, pensarme y soñarme. Tengo algo que nadie más tiene. Ya no hay espejo que pueda mentirme. Soy lo que mi Creador dice que yo soy, y todo lo que él dice, viene a existir.

Mis preocupaciones se reducen a ninguna. Ya no hace falta mirar a los lados, sino hacia arriba. Tengo un amor infinito, que basta y sobra. No lo merezco pero me lo brinda.

Ya me ve perfecta.

Y no estoy en una competencia.

Alexmar Uzcátegui

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